Situación: Esplugues de Llobregat, Barcelona
Proyecto: 2018-2020
Obra: 2020-2022
Superfície construida: 4.102 m2
Colaboradores: Meri Mensa, Lucía Ibáñez, Maria Azkarate, Adriana Parcerisa
Equipo: DSM arquitectes (estructura), Carles Bou (arquitecto técnico), M7 Enginyers (instalaciones), José María Soria (Project manager), Mercedes Osés (laboratorios farmacéuticos)
Fotografia: Adrià Goula
Premios: Premio Especial Madera Local – Premios Egurtek 2024, 2º Premio ‘Mapei a la edificación sostenible’ 2023, Premio a la Rehabilitación y Premio Arquitectura Española ‘CSCAE 2023’, Seleccionado al Premio Europeo ‘Architectural Heritage Intervention AHI’ 6a edición 2023, Seleccionados en la Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo ‘BEAU XVI’ 2023, Finalista Premio Catalunya Construcció ‘Rehabilitación Funcional’
Se trata de un proyecto para las nuevas oficinas de una empresa farmacéutica en un municipio muy cercano a Barcelona. Para tal fin, la empresa ha comprado un edificio industrial en un sector en transformación y con buenas conexiones con la ciudad, el resto del área metropolitana y las grandes infraestructuras del territorio. El edificio actual se divide en dos ámbitos; por un lado, un gran espacio diáfano propio de la actividad industrial, caracterizado por una estructura de pilares con vigas de celosía que sostiene una cubierta en diente de sierra orientada a Norte, por otro lado, un edificio que alojaba las oficinas. El espacio diáfano de las naves queda interrumpido por un patio central.
Los edificios industriales nos ofrecen mucho espacio y luz, pero apenas nos cobijan de la intemperie, por lo tanto, son caros de climatizar y difíciles de organizar incorporando los matices propios de la actividad de una empresa con 140 trabajadores, una docena de departamentos y que prevé un importante crecimiento a corto y medio plazo.
En un espacio de estas características y con el programa previsto, es necesario “jerarquizar” el aire para definir grados climáticos, es igualmente necesario distribuir la actividad del trabajo por cuestiones organizativas y de confort.
No podemos climatizar todo el volumen contenido, proponemos mejorar la envolvente para atemperar el lugar que se convierte en pre-tratamiento del aire primario de renovación de los espacios restringidos de trabajo. Estos espacios de trabajo deberán tener un clima activo, siendo esto posible al tratarse de espacios controlados.
Para poder organizar climática y espacialmente la planta continua e indiferenciada alrededor del patio, incorporamos la demanda del cliente de organizar los distintos departamentos en familias o “tribus” con sinergias propias. La propuesta plantea que estas tribus trabajen en círculo, alrededor de un espacio no programado y con un fuerte componente vegetal. Esta forma admite la idea de colectivo, de relación horizontal entre personas y a la vez permite crear entornos de trabajo donde a tu lado tengas un número limitado de compañeros, creando así atmosferas menos ruidosas. En el centro del grupo se encuentra el vacío, lugar libre, donde ocurrirán el resto de las actividades.
Proponemos una serie de claustros o anillos de paneles de madera CLT, completamente trasparentes y practicables en la cara interior en relación con el verde y completamente opacos y repletos de servicios en la cara exterior, donde se apoyan las mesas de trabajo. La zona de trabajo tiene el ancho adecuado para dos empleados sentados y un espacio de circulación en el lado del patio. Esta disposición de mobiliario y circulación se interrumpe con cerramientos para salas de reuniones a las que se puede acceder desde el interior o directamente cruzando por el jardín central.
Los anillos se sitúan evitando interferir con los pilares existentes, que quedan situados en los patios o entre claustros produciendo un continuo de pasos técnicos que alojan baños, archivos y escaleras de registro de los techos de los anillos. Es por estos espacios técnicos que pasaran todas las redes de clima, suministros y datos necesarios para dar servicio a los lugares de trabajo sin contaminar de tecnología el espacio interior.
Este conjunto de espacios intersticiales y patios se encuentra protegido de la intemperie por la envolvente original de la nave industrial, para que este clima sea lo más atemperado posible, mejoraremos la envolvente en términos de aislamiento, pretratamiento del aire primario en invierno y ventilación en verano. Los espacios de trabajo se climatizarán con un suelo radiante-refrescante, el aire caliente o frio interior pasará al espacio intermedio, mejorando sus prestaciones.
El espacio no ocupado por los claustros y más cercano a la fachada norte, en al ámbito del antiguo edificio de oficinas, se plantea también como un lugar no programado para el trabajo, donde el ocio colectivo, vinculado a la comida, las presentaciones y actividades de formación se desarrollarán en un espacio diáfano y poco condicionado para ofrecer máxima flexibilidad, el único aspecto especializado del lugar será la cocina que aspira a ser el centro de ese conjunto de actividades.
Por último, el patio central del edificio se completa con un claustro abierto con un jardín verde, que actúa como gran distribuidor de acceso a todos los claustros de trabajo y principal lugar de descanso.
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